10/7/07

Pero que buen baile...

El día ha ido mejorando considerablemente. Todo empezó esta mañana cuando tenía que ir al centro y estar a las ocho de la mañana comprando material. La verdad es que no pude dormir muy bien. Estaba pensando en muchas cosas. Pero en fin, me levanté tarde ( como siempre) y me bañé ( como casi siempre) para salir al cuarto para las ocho de mi casa. Ni tiempo me dió de desayunar.
A la altura del Monumento a la Madre, encontré el campamento de los maestros, o campesinos, o maestros campesinos que a lo largo de un mes ya ( o algo así) han embellecido el Paseo de la Reforma con sus cuerpos desnudos y sus cartulinas de protesta. La primera vez que los vi ahí, pensé que Spencer Tunick había vuelto y enseguida busqué un lugar para estacionar el auto y unirme a ellos. Sin embargo, al leer sus letreros decidí mejor seguir de largo como si nada hubiera pasado. Ni siquiera me tomé la molestia de recoger mi zapato izquierdo, que ya me había quitado, de la pura vergûenza que sentí.
En fin, este día agradecí a las fuerzas superiores que por el frío que aún hacía a esa hora. Pues este grupo de señores y señoras decidió no ponerse ( ¿o quitarse? ) su acostumbrado uniforme de protesta. Algunos traían un suéter y otros incluso traían pantalones. Aunque de tantas veces que he pasado ya, podría decir que reconozco a dos o tres de ellos (por sus rostros, no vayan a malpensar).
Compré el material. Se me hizo tarde en exceso, estaba levantando las cortinas del local una hora y media más tarde de lo establecido en el horario de atención ( para los que no lo saben es una tienda de material eléctrico, donde he pasado la mayoría de mis vacaciones desde hace cuatro años, pero esa es otra historia) . Las mismas fuerzas a las que agradecí un par de horas antes decidieron cobrármelas ahí mismo. Enseguida entró un señor que quería comprar manguera. Por dentro quería llorar. Nunca me ha gustado vender manguera, se hace toda como una tripa saltarina y se enreda y en realidad te hace pasar un rato desagradable. Traté de apurarme a medir los treinta metros que quería y se los di. Justo cuando crees que todo temrina, ahí yace en el suelo el resto del rollo esperando a que lo enredes de nuevo y lo pongas en su lugar y pasar un mal rato de nuevo.
Las ventas han ido mejorando. Eso me alegra, los días en que no tengo que hacer me aburren en demasía. Así se me pasa la jornada más rápido.
A media tarde llegó un proveedor de material de aluminio que nos habían pedido el sábado. Estaba repleto. Pero esas piezas eran demasiado grandes como para guardarlas en nuestra bodega y muy grandes también para llevarlas en la camioneta. Decidí subirme al camión y pedirles a los gentiles señores con cara de rufianes que me acompañarán a entregarlo de una vez y así salir del problema : "al cabo que ya está todo amarrado, ¿no?". No se veían muy convencidos, pero accedieron al final.
Decidí ensuciarme un poco y los ayudé a descargar el camión. ¡En verdad eran muchas cosas! A la mitad ya me cansé y me puse a platicar con el encargado. Resulta que la empresa se dedica a hacer todos los muebles que vemos en los supermercados del pelícano. Ya saben, donde están los pescados, los pollos rostizados,etcétera. Si no sabe cuáles son, los invito a que los vean. Son de acero inoxidable. y me reveló el secreto de fabricación de las mesas frías (como les llamaba) de sushi. La verdad es que como soy tan distraído no recuerdo a lo que me dijo. Solo algo de que se le ponían capas y capas de alguna cosa para mantener la temperatura.
Regresé de entregar a la tienda y me hicieron una llamada. Hay un grupo de amigos que se reúnen cada semana a jugar futból en un deportivo que está muy cerca de casa. Me dejaron salir temprano del trabajo con la condición de llevar a mi mamá a "comprar la leche". Siempre dice eso, pero ya sé que eso significa comprar todo lo que hace falta y algunas veces hasta lo que no hace falta y dar vueltas interminables por los pasillos.
Llegué justo a tiempo para empezar el partido. Esta vez fueron algunos elementos más jóvenes. No entraré en detalles. Solo diré que tuvieron suerte. Nos ganaron apenas como por treinta goles. Me torcí los pies. Pero estaba muy contento.
De regreso a mi casa empezó a llover. Estuvo bien, aunque ahora tengo dolor de cabeza y de pies. Ya me bañé. A ver si no me enfermo, por andar de loco y de enamorado. Yo creo que me voy a dormir temprano. Porque ya tengo sueño.
A ver qué nos espera mañana. Mucha emoción, de seguro. Ya no puedo esperar.
pd: ya hablé contigo. yo creo que por eso estoy de mejor humor... me hacía falta de veras.
notas de fondo:
- incubus -make yourself
- snow patrol - signal fire

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